Tras finalizar sus estudios de arquitectura, colaboró con reconocidos estudios en Lima, como Baracco y Soyer, para luego en 1986, ampliar su perspectiva en la Universidad de Pennsylvania, explorando nuevas dimensiones en su enfoque.
Ya con basta experiencia y una rica mezcla de influencias, regresó a Costa Rica, donde en 1994, fundó Jaime Rouillon Arquitectura, impulsado por un deseo de impactar el tejido urbano y profundizar en la relación entre espacio y material, con un gran compromiso con la honestidad de este último y siempre respetando su esencia.
El arquitecto añade un toque misterioso a sus obras que trascienden la norma, con una fusión de la tradición costarricense, el silencio del desierto peruano y perspectiva posmoderna.
Su búsqueda incesante de autenticidad desafía lo convencional, rechaza lo banal y va dejando un legado que se refleja en una serie de premios que honran su habilidad para potenciar espacios de manera única.
Jaime Rouillon trasciende la arquitectura convencional, dejando una marca distintiva en el panorama arquitectónico contemporáneo.